domingo, 19 de enero de 2014

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Don Johnny Araya Monge dice estar orgulloso de su labor como alcalde durante 21 años en la Municipalidad de San José.  ¡Se necesita vivir en “United States of Escazú”, viajar en auto,  llegar al trabajo en la “muni”, encerrarse ahí y salir de nuevo hacia la casa o hacia los restaurantes del sector “high” para decir que está orgulloso de la destrucción del centro de San José!

No vamos a reproducir aquí porque no hay pruebas lo que algunos trabajadores de la “muni” o muchos taxistas  susurran a los cuatro vientos acerca del negocio de la importación de pólvora para los juegos artificiales o cierta fábrica de adoquines para los “bulevares”.  Vamos a referirnos a lo que se ve, a lo que está expuesto a los ojos de quienes tenemos por obligación -no por placer- que andar por “Chepe”, por el centro de la capital.

Quienes recorremos, día tras día,  semana tras semana, año tras año,  el centro de la capital no podemos sentirnos orgullosos de lo que vemos.  Hace unos diez años, un taxista madrileño que había vivido aquí varios meses, trasladó unos amigos ticos que estudiaban en Madrid y al captar el acento tico les preguntó al mejor estilo español: "¿Cómo un país tan bonito como Costa Rica tiene una ciudad tan fea?"

Si ese taxista volviera ahora ya no diría fea, diría horrorosa y  maloliente,  ¿Dónde se ha visto que el centro de la capital de cualquier país del mundo se convierta en un estacionamiento?   Ese es el principal legado de don Johnny Araya: parqueos, casinos, barcillos o hoteles de muy dudosa reputación.

Empecemos el recorrido por el sector oeste, para decirlo en dirección tica, arriba del Parque Nacional en la calle 21 ave. 3, frente a la “Northen” tiene el primer parqueo;  no se impaciente, camine 100 m y en la calle 19, ave. 1, tiene 4 (3 esquinas con parqueos y uno a mitad de la cuadra).  Asómese a la Ave. Central y tendrá 3 (entre calle19 y 17).

Volvamos a la ave. 1 y entre calle 17 y 15, es decir baje por Cuesta de Núñez y la vista se deleitará con la desaparición de  viviendas  hermosas de San José; sí,  usted a diestra y a siniestra, tendrá oportunidad de deleitar 5 parqueos, uno de ellos en construcción tiene salida Cuesta de Moras, -esplendor parqueano se llama la estética “Johnnyaraya”- (este no se lo podemos asignar a su gestión, quizás el permiso se dio después de su partida; sin embargo, el estilo predomina, formó escuela a la mejor manera de los maestros renacentistas).   El esplendor parqueano brilla cuando tienen salida a dos avenidas o a calle y avenida como el que le sigue al citado.  El parqueo Bonanza tiene entrada por calle 11 y salida por ave. 1.  En la misma calle 11, entre ave. 1 y 3, tiene otro de un hotel – casino que también tiene salida a la calle 9. 

¡Cuadras completas ocupadas por estacionamiento!  Ya llegamos al Morazán,  el Edificio Metálico, al mejor estilo urbanístico de la “nouvelle vague arayiana”,  está custodiado por  uno que cubre de ave.5 a ave. 7 y al frente lo acompaña uno más discreto de solo media cuadra.  La ave. 7 brilla por exponer un nuevo estilo decorativo, dejan un pedazo de las paredes de la casa que destruyeron, ahí detrás del Edificio Metálico  sólo quedan unos 25 m de viviendas, corran a verlas porque ahorita las tumban.

Y, así para no cansarlos o cansarlas con el recorrido, cubrimos de la calle 21 a la Calle Central y de Avenida Central a la avenida 7 y contamos  cuarenta parqueos.  Como toda ciudad del mundo requiere estacionamientos,  no contabilizamos los que son edificios construidos para tal efecto o aquellos estacionamientos que pertenecen al edificio, por ejemplo, el estacionamiento del Auto Mercado en San José o la LLacuna. 

Se nos olvidaba, no se entristezca, ese sector le ofrece cinco casinos, no importa que uno colinde con la Escuela Perú. ¡Sin palabras!

No se desaliente no crea usted que la belleza urbana impulsada por Johnny Araya se restringió a ese sector.  También cubrimos un área que va de la ave. 2 a la 8, y un par de cuadras de la ave. 10,  y de la calle 17 a la 10, dicho en tico, del Museo Nacional a la iglesia La Merced, hacia el sur.   Por ahí, usted puede disfrutar con el goce estético de un paisaje urbano que le ofrece 52 parqueos.  Reiteramos que no se toman en cuenta aquellos que forman parte del edificio como el de la CCSS.

 Andando por el Paseo de los Estudiantes, nos dimos cuenta que no hay semáforos peatonales, dejaron los semáforos para autos.  Así, si usted va de norte a sur, sabe cuándo cruzar, pero de sur a norte, nunca sabe cuándo lo puede hacer.   ¡Coqueteras del “art-deco” de don Johnny! 

La Calle Central de San José, de la ave. 20 a la ave.2, en tico del Pacífico al Parque Central,  le deleitará con 13 paqueos en ocho cuadras, de nuevo no se cuenta el de la Clínica Bíblica, construido como edificio para tal efecto.

  ¿Cómo pasará a la historia este paisaje urbano del centro de la capital?  Los estudiantes de arquitectura podrán ir a analizar el estilo en su esplendor “in situ”.  ¡Todo un desafío para la historia del arte!  Paisaje urbano al estilo Johnny Araya se llamará el estudio que está por escribirse.  ¿Quién  encontrará los paradigmas para descifrar esta estética del esplendor neoliberal?  Al mejor estilo de George W. Bush, primero destruyes y después construyes.  Aquí se destruyó el centro de la capital para convertir el espacio en un parqueo.

Cierto es que la destrucción de San José no la inició el alcalde de las dos décadas.  La Biblioteca Nacional no  fue destruida durante su gestión.   Pero, don Johnny Araya hizo de la tormenta un huracán. ¿Con cuánto cariño recordaríamos los josefinos a don Johnny si  hubiera mandado a construir una réplica de la amada Biblioteca Nacional? ¿O nos hubiera respetado el histórico Paseo de los Estudiantes?  

No vamos a cansar con más detalles paisajísticos. Revisen el blog 
“ La Herencia del Alcalde” para que vean el estado de los cordones de acera, los caños y las aceras de la ciudad.   El cuidado de las aceras corresponde al dueño del espacio pero ¿cuál institución debe velar por el buen estado de las mismas?

  Únicamente, queremos recordarles que la codicia y la ambición del señor Araya lo llevaron a profanar un cementerio.

          Y, bueno, después no se quejen,  si con un voto cómplice llevan a otro neoliberal al Poder Ejecutivo.


Isabel Ducca D.                                     Flora Fernández A.


Nota: en el blog usted podrá constatar con una fotografía la existencia de los parqueos, los casinos y los barsuchos. 

Tenemos registro de cada parqueo por calles y avenidas.

De justicia es recordar que le debemos a don Óscar Arias S., durante su primera administración,  la legalización de los casinos.




Chambonadas rebeldes

Chambonadas rebeldes 


Aunque el personaje de las chambonadas físicamente ya salió de la Municipalidad de San José, sigue “colado” virtualmente en la toma de decisiones de la nueva alcaldesa. Proyectos que solo tendrían sentido en un cesto de desechos, de los que no se deberían reciclar, siguen amenazando la paz metropolitana, en actitud de rebeldía imposible de justificar.

UN PRIMER PROYECTO, es el frustrado intento de vender parte del CEMENTERIO CALVO, ¡con todo y su millar de muertos ahí enterrados!, para construir un millonario proyecto urbanístico. La nueva “iniciativa” fue presentada hace unos días por la alcaldesa García, cual si no pudiere ser vista como consecuencia de instrucciones superiores, atención de compromiso especifico o deuda que no se puede soslayar.  

La alcaldesa de San José, debería más bien de preocuparse por cumplir lo ordenado por la Sala Constitucional hace casi tres años (el 11, del 11 del 2011) de restituir a su estado original el Cementerio Calvo, destruido intencionalmente para convertirlo en un charral supuestamente apto para construir. La resolución Nº 2011-15654 que declarara con lugar el recurso de amparo presentado por doña Vilma Sánchez contra el alcalde Araya y el presidente municipal, sigue sin cumplirse.  No se anuló el cambio de uso del suelo que se autorizara el 12 de julio del 2011 por el Ministerio de Salud y que fuere solicitado por la Municipalidad. Tampoco se anuló la escritura del protocolo de la Notaría Pública del 10 de octubre del mismo año, ni el movimiento registral que corresponde a la segregación de parte del cementerio que se quería (¡y ahora también!) urbanizar, que fuere incluido en el plano catastrado que también fuere anulado por los señores magistrados constitucionales.

Por su parte, la Defensoría de los Habitantes también ha visto incumplidas las resoluciones emitidas en el mismo sentido, cuyos comunicados han sido archivados en el expediente que sugerimos a los regidores solicitar para su conocimiento, antes de considerar revivir el descabellado proyecto de profanar el cementerio de los pobres, de los más necesitados, de los que “no tienen ni donde caer muertos”.  Camposanto convertido en un charral lleno de malezas, como parte de la intolerable intención de mostrarlo como un lote baldío que ha de ser aprovechado, cuando además de ser parte integral del Plan Director Urbano de San José, es, más importante aún, un bien demanial, inalienable, que no puede ser objeto de posesión ni mucho menos vendido, porque no puede ser arrendado, enajenado, gravado ni salir del dominio y control del Estado. Tal y como se quiso hacer con el pretexto de los “Juegos centroamericanos” que costaran, por cierto, más de ø22.000 millones, o sea, una suma cercana a la aprobada como aporte del Estado para la campaña electoral.


UN SEGUNDO PROYECTO que ya debería de revisarse para recuperar el tiempo perdido, ha sido el de querer transformar el histórico y emblemático PASEO DE LOS ESTUDIANTES en un frustrado “barrio chino sin chinos”. La calle 9, ruta nacional usurpada por el ente municipal gracias al desdén del MOPT, bautizada Paseo de los Estudiantes en la administración de don León Cortés a propósito de la conmemoración del cincuentenario del Liceo de Costa Rica, como homenaje a la valiente lucha de los estudiantes del Colegio Seminario, Colegio Superior de Señoritas y el mismo Liceo, en contra de la sangrienta dictadura de los hermanos Tinoco. Aparte de un horrible “arco chino” que se quedó esperando su par a la altura de la avenida Sarmiento, producto del apresurado trabajo de dos empresas privadas, se eliminaron aceras, caños y alcantarillas, por lo que con cualquier aguacero el tal “barrio chino” más bien parece ser UN AFLUENTE del río Amarillo. Para incumplir su juramento ante la Setena, el exalcalde Araya dio un “golpe de autoridad” no permitiendo la construcción de un carril exclusivo para buses a todo lo largo del bulevar, como valoraban hacerlo funcionarios del MOPT. Como consecuencia, alejó del Paseo de los Estudiantes los miles de pasajeros que daban vida a las actividades vecinales, comerciales y empresariales, con la inmerecida consecuencia que hoy sufren los dueños de locales, a los que una vez se les engañó con el cuento del polo turístico que pronto se iba a desarrollar en ese sector capitalino.

Cabe pues corregir lo que poco a poco se reafirma como otra chambonada, para enfrentar además, el caos vial profundizado con el cierre de tan importante ruta nacional, que hasta hace pocas semanas “lucía” supuestos reductores de velocidad en forma de “esferas indígenas semi enterradas”. Lo cierto es que la urgencia de atender las inundaciones recurrentes demanda la reconstrucción de las aceras, caños y alcantarillas destruidos con el mal trabajo hecho. También el urgente reordenamiento vial de la ciudad capital necesita del espacio vital del Paseo de los Estudiantes, mientras que el patrimonio cultural e histórico demanda una corrección ahora que todavía estamos a tiempo y se está experimentado el fracaso de ese mal diseñado y nada consultado proyecto del exalcalde.


UN TERCER PROYECTO que forma parte de las chambonadas con características de rebeldía, es el del anunciado, promocionado y soñado TRANVÍA de 6 kilómetros que iría desde el Estadio Nacional a la estación de la Northern en barrio La California. Tranvía que según los expertos del Banco Interamericano de Desarrollo que evaluaron el proyecto elaborado por interesados funcionarios franceses, tendría que ser construido por el Estado, a un costo superior a los US$150 millones.  Para su funcionamiento habría que habilitar una doble vía férrea, por una ruta que sería exclusiva trayendo como consecuencia inevitable, la expulsión de todos los vehículos, públicos y particulares de las calles y avenidas por el que circularía. La avenida al costado norte de la Sabana, el paseo Colón, la avenida Segunda, las calles 7 y 9 que comunicarían hacia el norte con la avenida de Los Damas, hasta llegar a la estación de la Northern, serían usadas únicamente por ese “especial” tranvía. 

Proyecto que no presenta un estudio sobre el impacto vial que provocarían los miles de automotores, públicos y particulares, que hoy circulan por ese trayecto, ni por lo que sucedería en las decenas de intersecciones que tendrían que sortear los vehículos enfrentados a un tranvía que no podría ser regulado por semáforos, a lo largo de su recorrido. Y que además, no mide ni propone medidas para mitigar el caos que fácilmente se vislumbra, ni las rutas que seguirían, por ejemplo, los más de 600 autobuses que hoy ingresan a San José. 

Ante la censurable ausencia de estudios formales que se estima costarían varios millones de dólares, que se sumarían a los ø75.000 millones de colones que costaría su construcción, no nos queda más que reclamar que se haga un examen cuidadoso y detallado de tal proyecto, ajeno a matices electorales y ofertas demagógicas, por tratarse de fondos públicos. Y cual si no fuere suficiente, el modelo proyectado por los expertos del BID permite vislumbrar el negocio que conlleva el trasladar su operación supuestamente lucrativa, ¡después de construido!, a una empresa privada, superando así, y por mucho, el negocio con la OAS y la carretera San José -  San Ramón.

Porque conocemos que al interior del Concejo Municipal de San José, en el gabinete de la Presidencia de la República y en especialistas en urbanismo los tres proyectos citados son reconocidos en privado como chambonadas de alto costo financiero y político, estimamos incomprensible que tanto en el gobierno local como en el central, existan funcionarios como el vicepresidente Lieberman y la alcaldesa García comprometidos todavía a llevar adelante cosas semejantes.

UN CUARTO PROYECTO fue el del botadero de basura EN la comunidad de LA CARPIO, maloliente, insalubre, ilegal hecho a la fuerza al considerar que gran parte de la comunidad directamente afectada era de origen nicaragüense, y por tanto, con posibilidades de irrespetarlos en vista de sus frágil estatus migratorio. Basurero que, afirmaba él, sería exclusivamente para servicio de la Municipalidad de San José, para así engañar a los incautos que creyeron en su palabra. Lo que jamás imaginó era que los malos olores y gases tóxicos que se desprenden de ese vertedero, afectan a comunidades como el residencial Cariari y otros ubicados en Guachipelín de Escazú, donde en ciertos momentos los olores son casi insoportables.
Sin olvidar que en La Nación se publicaron reportajes a partir de una plantilla administrativa donde se consignaban pagos en efectivo para el alcalde Araya y algunos regidores, de parte de la empresa Ebi que fueron ampliamente divulgados por la prensa nacional, correspondientes también a la denuncia de un alto funcionario subalterno del entonces ministro de Salud Rogelio Pardo, de quien se demostró trabajaba para el Estado y la empresa de la basura simultáneamente.


Y UN QUINTO PROYECTO que en realidad NO es “proyecto”, aunque sí fue ejecutado eficientemente: el DESPOBLAMIENTO de la ciudad de San José.  En pocos años, ante la indolencia de la acción municipal y la incapacidad demostrada del alcalde que se hace llamar “ingeniero agrónomo” (cuando lo que tiene es un bachillerato en técnica de plantas) fue el ir acabando, poco a poco pero sostenidamente, con los barrios josefinos ubicados al sur de la avenida segunda. Lotes baldíos, parqueos informales, casas en ruinas, cuarterías, suciedad, inseguridad, son “características” del San José que según el ahora candidato, está repoblando”…    






Freddy Pacheco

Paisaje urbano

Las siguientes imágenes expresan el abandono que exhibe el centro de la capital.  Dos son de la Calle Central, una aparece a los 200 m sur del Teatro Nacional,  otra de la ave. 7.  Constituyen solo una pequeña muestra.





Casinos

Los casinos y demás juegos adictivos fueron ilegales en Costa Rica.  Hoy día, gracias a la primera administración de don Óscar Arias S., brotan como expresión de cierto tipo de capital.  Los casinos siempre traen como consecuencia: el lavado de dinero, la prostitución por el turismo sexual y el sicariato como medio de cobrar las deudas.








Bares

No contamos los josefinos, como parte de la gestión de Johnny Araya, con nuevos teatros, salas de lecturas, una buena cinematica para educar a la juventud en valores artísticos y culturales; sin embargo, hay bares y barcillos, sin hablar de las ventas de drogas.








Parqueos

 La mayoría de las ciudades muestra con orgullo su centro histórico, el legado arquitectónico que los actores sociales, sobre todo la clase dominante, construyen como parte de su paso por la historia.  

San José exhibe su destrucción histórica: el patrimonio arquitectónico fue demolido para dar paso a los parqueos.  Don Johnny Araya contribuyó durante 21 años a esa destrucción del centro de la capital.